Pretexto sin táctica


"Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo
ni sé con qué pretexto..."

Mariana sonrió vagamente, con una sonrisa que se perdió detrás de su mirada. Sabía que él vivía precisamente en su recuerdo, cómo ignorarlo, si lo pensaba varias veces al día. Tres años habían pasado ya, tres largos (o cortos) años. Sin embargo anoche lo soñó por primera vez. Como siempre, con sus ojos profundos. Como siempre, adornando una mentira. Fue un sueño largo, con prisa. De los que parecen función con permanencia voluntaria. El resolvía un problema. Después estarían juntos. Ella aguardaba, siempre a la caza de una mirada. Con ganas, con miedo, con la garganta encajada en el estómago. Con deseo teñido de incertidumbre.

De nuevo el ansia de verlo. La presencia del sueño fue tan real, tan fuerte, que estuvo todo el día desempolvando momentos. Brevísimos instantes apenas. Si sacaba un recuerdo completo se le rompería el corazón en mil lágrimas, y no quería pasar por eso de nuevo.

Pobre Mariana, ella pensaba que se había vuelto a enamorar, que otros ojos la habían hipnotizado, que otras palabras habían cautivado sus anhelos, que otras manos...pero no: ese recuerdo estaba igual de vivo, igual de ardiente. Ya lo sabía. Siempre que sentía que se enamoraba de alguien más, sabía que era sólo un simulacro. En realidad nunca volvió a entregar su corazón. Jamás volvió a derramar una lágrima real. Lloraba, sí, pero lloraba por los abrazos clausurados. Porque le dolía la ausencia de aquellos ojos.

El tiempo todo lo cura, dicen. Ojalá le cure a Mariana la nostalgia. Que le quiebre ese puente indestructible. Que le ahogue para siempre ese recuerdo.

Jul 5, 2008

Comentarios

  1. Muy bien escrito, como para publicarlo en circulos literarios.

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    1. Muchísimas gracias por leerme. Si tienes el dato de dónde publicarlo, bienvenido. Abrazo.

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